domingo, 30 de julio de 2017

George A. Romero

(Para Mario, René, José Manuel y Pedro)


Cuando recién comenzaba la hoy tan mítica década de los 80, a los cines chilenos llegaba la película “Zombie, el amanecer de los muertos”, con prometedoras frases publicitarias del siguiente tono: “Cuando no haya más espacio en el infierno, los muertos caminarán sobre la tierra”. En ese tiempo, hasta publicaron una nota de la cinta con espeluznantes fotografías en una revista tipo Cinegrama, la que leíamos y releíamos con mis tías y tíos en Cartagena. (Muchos años después averigüe que esas fotos en realidad pertenecían a la película Zombie 2, del innominable y nunca bien ponderado Lucio Fulci.)

Zombie 2, de Fulci.

Y fue precisamente en el balneario de mi infancia y adolescencia, que vi “Zombie, el Amanecer de los Muertos”, en el cine Central. Debo confesar que me costó verla completa, por su impactante estilo gore. Pero luego la fui a ver muchas veces más al cine, especialmente con mi hermano y mis amigos de la época, calculo que en unas 6 ó 7 ocasiones por lo menos. Incluso mi amigo Mario, en un arranque de fanatismo totalmente adelantado a la época, entró con una radiograbadora a una sala donde la exhibían y grabó el sonido ¡en un caset!


En esos años había comenzado una verdadera edad de oro negra del cine de terror, arrancando con películas visionarias como la ya nombrada “Dawn of the Dead” (título original de Zombie), de 1979, o con películas como Halloween (1978), La Niebla (1980) o The Thing (1982), de John Carpenter; Alien (1979) de Ridley Scott;  Mad Max (1979) y Mad Max 2 (1981), de George Miller; las inolvidables Scanners (1981) y Videodrome (1983), de David Cronenberg; Phantasma (1979) de Don Coscarelli; Martes 13 (1980) de Sean S. Cunningham; o Sangre de Bestia (1982), de Philippe Mora. Incluso Steven Spielberg se sumó a esta ola del cine de terror fantástico, con “Poltergeist” (1982), dirigida por Tobe Hooper, artista hoy ninguneado como si sólo el genio comercial de Spielberg hubiera podido realizar ese clásico del terror. Y no olvidemos a una mujer como Barbara Peteers, que dirigiera la brutal y sanguinaria “Monstruos del Abismo” en 1980 (*).

Todas esa películas llegaron a los cines chilenos, y con mi pandilla de la época las vimos casi todas, en los cines de estreno en el centro de Santiago, o cuando eran repuestas en salas como el Prat, el Río, el Mayo o el Capri, o en los cines de Cartagena. Una de ellas, la alucinante y fantasmagórica Phantasma, sólo la pude ver recién hace un par de años atrás.

viñeta del dibujante Christiano


Pero los que más me marcaron fueron Romero y Carpenter, quienes como muy bien dijera mi amigo el dibujante Christiano, dejaron demostrado “que el buen cine se puede hacer sin recursos, y no es necesario hacer un panfleto ilustrativo para hacer cine político y anticapitalista”.

Recordemos que la saga de los muertos comegente de Romero arranca en 1968, con la extraordinaria película “La Noche de los Muertos Vivientes”, con ese inolvidable protagonista negro (el actor Duane Jones) y una mujer blanca, Bárbara, interpretada por Judith O'Dea. Las tensiones entre ellos en medio del drama apocalíptico, la fotografía en blanco y negro y la violencia del filme, lo levantan al altar de los imprescindibles del género. En 1979 Romero nos entrega “Dawn of the Dead”, con las actuaciones de David Emge, Ken Foree, Scott H. Reinigerv y Gaylen Ross. Como decía un expositor en una charla antes de su exhibición en el cine arte de la Universidad Católica, es una película que empujo los límites de la censura. Luego vendría el “Día de los Muertos” en 1985, cinta de violencia gráfica la que lisa y llanamente no se exhibió en las salas chilenas. Aquí algunos humanos quieren domesticar a los zombies, idea que hemos vuelto a ver en “28 días después”, o en el cierre de la saga del propio Romero.


Décadas después, el genio retoma la antorcha con “La Tierra de los muertos”, el 2005. Aquí la crítica social es ácida, disolvente. Estos no son zombies corriendo como atletas poseídos  o atacando como millones de hormigas, esto es lucha de clases pura y dura. En el 2007 nos entrega “El Diario de los Muertos”, una especie de nuevo comienzo de su apocalipsis zombie. Y finalmente llegó “Survival of the Dead”, el 2009.

Y no olvidemos otras películas memorables de este gran director norteamericano, como KnigthRiders (1981), Creepshow (1982), su tremendo homenaje visual a los cómics tipo “Tales from the Crypt” y EC comics, donde colabora con su amigo el prolífico escritor Stephen King, que hasta actúa en esta película. Monos Diabólicos (1988), una joya por donde se la mire. Y La mitad oscura (1993), adaptación de una novela del ya nombrado King. Esto sólo para nombrar algunos hitos de su carrera (**).

Stephen King haciendo del loco del pueblo.

Romero fue además guionista y productor. Fue por ejemplo el productor ejecutivo del remake de “La Noche de los Muertos Vivientes” (1990) de Tom Savini, experto en efectos especiales de maquillaje. Es una nueva versión bastante digna del clásico, con una impresionante protagonista femenina, Bárbara, interpretada por Patricia Tallman.

¿Qué se puede decir de un artista como él, ahora que nos ha dejado? Un visionario, que abrió nuevos caminos para el cine como medio de expresión y crítica, de espíritu independiente, como el personaje principal de “La tierra de los muertos”, que al final del film, no se va ni con los humanos, ni con los zombies que siguen su marcha (con un verdadero líder al frente de la manada de los muertos al que llegó a respetar).

No, él sigue su camino solo.

¿Qué palabras dedicarle a un cineasta de la talla de Romero?

Adiós, amigo querido.



Miguel Acevedo



Notas (*) Peteers, una de las pocas mujeres cineastas especializada en exploitation y cine trash, en los años 70 e inicios de los 80. Trabajó varias veces con el estudio New World pictures, del legendario Roger Corman.


(**) Para una completa filmografía de George A. Romero, recomiendo consultar el excelente sitio web IMDB.

jueves, 20 de julio de 2017

FLIA Cine Arte Alameda, del 21 al 23 de julio.


Volvemos con la Feria del Libro Independiente y Autogestionado al Cine Arte Alameda, esta vez, no sólo con las editoriales que nos han acompañado en las FLIAS y microFLIAS, sino también con nuestros amigos de FLIA Argentina, quienes viajarán con su catálogo para mostrar su trabajo.

Del 21 al 23 de julio de 2017 Cine Arte Alameda (Av. Libertador Bernardo O'Higgins 139, Santiago)

Editoriales confirmadas (actualizándose):
 

Ajiaco / Alquimia / Askasis / Banda Pirata / Biblioteca de Chilenia / Cástor y Pólux / Das Kapital / Desbordes / Dudo / El macho silba y la hembra grazna / Eleuterio / Nadar / Emergencia Narrativa / Estampayataka / Familia Buendía / Filacteria / Gatojurel / Guillermo de Posfay (Argentina) / Gramaje / Homo Vegetus / La Polla Literaria / Caset / Libros de Chile / Libros de Mentira / Libros del Cardo / Libros del Perro Negro / Libros del Pez Espiral / Liz Ediciones / Loquita cartonera / Los Libros de la Mujer Rota / Marciano / Milena Caserola (Argentina) / Moda y Pueblo / Mythica / Neón Ediciones / Oximoron / Papel Calco / Periféricas / Periódico el Pueblo / Quimantu / Rey Larva / Santa sherwood / Santiago Ander / Sherezade / Signo / Talleres Sartaña (Novena Ola, Mar y Tierra, Sartaña, la Idea, Revista Mingaco, Revista La Brecha y Revista Voragine) / Tiempo Robado / Vieja Sapa Cartonera


Domingo 23 de julio, 17 horas: Lanzamiento del libro Ishango.



Amigos y amigas, tenemos el agrado de invitarlos al lanzamiento del poemario Ishango de Rubén Silva, en la Sala Nº 2 del Cine Arte Alameda, en el contexto de la Feria del Libro Independiente y Autogestionado (FLIA). Presentan el libro el escritor Miguel Acevedo y los editores de Gatojurel Ediciones Alejandra Pallauta y Pablo Ramírez. Finalizada la presentación, habrá un vino de honor. No olviden la puntualidad.


Un abrazo!





martes, 11 de julio de 2017

¡YA VIENE!


Ya viene el fanzine CHUFLAI, donde junto a otras historietas, viene la adaptación al comic de la crónica "Philip K. Dick en el Cine Capri", publicada en mi libro "Cartelera de Cine". 
La historieta es obra de Christiano, talentoso dibujante chileno, autor de personajes tan icónicos como el Pato Lliro.


Pronto, pronto... Ronny Tobar, Christiano, Felipe Nada...

¡Larga vida a los fanzines!



CARTELERA DE CINE, RESEÑA


POR SALVADOR ROJAS


Para escribir una crónica es necesario dominar varios elementos, primero que nada el autor debe tener una imagen vívida de la realidad y saber mejor que nadie que pasa -o pasó en este caso- a su alrededor, algo que Miguel Acevedo controla muy bien, las imágenes y datos dentro de sus crónicas están dominados, consigue contextualizar la realidad como algo tangible incluso para quien no estuvo para presenciar los hechos planteados.

En este sentido se ve que Acevedo sabe de lo que habla, tiene la referencialidad a la realidad necesaria para escribir una crónica, hace tangible la realidad y nos lleva a su terreno, nos una cuenta la realidad y nos mete dentro de ella, domina el contexto histórico, la cultura chilena. Sin embargo, para escribir crónicas de cine es necesario de una forma igual de importante, saber de cine. Acevedo controla este punto y con creces, CARTELERA DE CINE sirve no sólo como un conjunto de crónicas que entretienen y reflexionan sobre un mundo ya perdido, sobre el mundo de los cines chilenos ; también sirve como una guía para poder interiorizarse en ese mundo, nos habla de títulos de películas, dedicando crónicas enteras a ciertos géneros como el kaiju (los monstruos gigantes) o el terror de los años 60.

También nos guía en el mundo de los cines como tales (como ya lo dije), nos muestra los nombres de los cines, también su extinción en las palabras del mismo autor “varias de estas salas siguieron sobreviviendo, pero unas a una sucumbieron a la feroz modernización capitalista, en su fase neoliberal.” (Cartelera de Cine, pág. 14), nos muestra los vacíos que la “modernización” dejó en Chile, no solo las víctimas directas, también hubo un daño del que no nos dimos cuenta y que recién ahora podemos apreciar, hablo de la destrucción cultural. Este libro es una muestra de esa destrucción, específicamente del cine, nos habla de los cierres de cines, del cambio cultural de recibir películas desde todo el mundo a meramente películas del tipo Hollywoodense, comercial y vacío.

Las crónicas mantienen un estilo crítico y nostálgico, una dualidad bastante particular a mi parecer, la crítica por su lado está vinculada al cambio y por extensión al futuro, a una planificación futura, pero a su vez la nostalgia tiene su raíz en el pasado. El que domine ambos puntos es sólo muestra de la capacidad del autor de tener un ojo en el pasado y otro en el presente, sabe de dónde viene y hacia dónde va.

Un libro absolutamente recomendable, una guía de cine para quienes les interesa el séptimo arte pero a su vez nos enseña una crítica firme al modelo neo-liberal explicando el daño que este hizo a la industria de los cines chilenos, el cómo abandonamos todo ese mundo de anécdotas y paseos domingueros para perdernos en la industrializacion, en lo frívolo e impersonal, ver en este ahora las cadenas de cine como si fueran Mc’donalds y no un arte, algo con un mensaje real. Leer estas crónicas es volver en el tiempo, es cuestionarse la actualidad, algo necesario en estos momentos y quizás empezar un cambio.



The outsider

Por lo menos en cuatro ocasiones, estuvo a punto de ser publicado por editoriales profesionales un libro de cuentos de Lovecraft durante su ...