lunes, 25 de abril de 2016

Se viene, se viene...

He estado revisando un cuento, y terminando de escribir otro...

A la brevedad, publicaré aquí algunos adelantos. 





jueves, 14 de abril de 2016

Sobre August Derleth


Al habitante del Paraje de los Halcones, el corazón que levantó Arkham House, con todo mi cariño.

August Derleth es uno de los integrantes más conocidos del Círculo de Lovecraft, grupo de autores que se reunieron en vida en torno a la figura del escritor norteamericano de ficción extraña H. P. Lovecraft, y que establecieron una fructífera amistad con él, fuera a nivel personal, o sólo como amigos epistolares. La mayoría de estos escritores, como el propio HPL, publicaban sus escritos en las revistas pulp, revistas de papel barato que editaban sobre todo literatura de misterio y terror, y luego de ciencia ficción, allá por las décadas de 1930 y 1940 en los Estados Unidos, época de la edad de oro de la literatura pulp. Algunos de los miembros del círculo de Lovecraft, y vinculados a revistas como Weird Tales, una de las más reconocidas, fueron Frank Belknap Long, Clark Ashton Smith, Robert E. Howard, Donald Wandrei, el jovencísimo Robert Bloch o el ilustrador Virgil Finlay. Entre ellos, teniendo como núcleo central cuentos de Lovecraft como “La llamada de Cthulhu”, fueron levantando el terror cósmico, o lo que algunos estudiosos han denominado el “cuento materialista de terror”, y que posteriormente fue conocido como Los Mitos de Cthulhu, en torno a la demonología cósmica creada por el gran autor de Providence. Pero aunque Lovecraft publicó muchos de sus cuentos, incluyendo verdaderas novelas como “En las Montañas de la Locura” (o una gran cantidad de artículos en la prensa amateur, muy dinámica en la primera mitad del siglo XX en Norteamérica, y de la cual él era un verdadero activista), sus narraciones fueron editadas por las revistas como Weird Tales o Astouding, pero nunca publicó un libro en vida.





Tras la trágica muerte de Lovecraft, en 1937, Derleth y Donald Wandrei se acercaron a varias editoriales para publicar una recopilación de sus cuentos, pero no obtuvieron éxito. Ahí es cuando August Derleth, junto con Wandrei deciden crear la editorial Arkham House, en 1939, para difundir en libros los cuentos y otros trabajos de HPL. El primero fue “The Outsider and others”. La idea era también editar otros trabajos y también selecciones de las cartas de HPL a sus amigos, de entre las ingentes cantidades de misivas que él escribió. Y luego la idea se fue extendiendo a publicar libros de ellos mismos, y de otros escritores de las revistas pulp, fueran o no del Círculo lovecraftiano, cuando las revistas de ese tipo estaban ya en franca decadencia, tras la Segunda Guerra Mundial. Ahí fueron sumándose al catálogo de Arkham House escritores de horror como los ya nombrados Derleth, Wandrei, Ashton Smith, Bloch y Belknap Long, y son publicados también E. Hoffman Price, Nelson Bond, Seabury Quinn, Mark Schorer, o clásicos de la literatura de terror de la talla de Arthur Machen o William Hope Hodgson. Y no olvidemos a las escritoras, autoras como Greye La Spina o Mary Cunselman. En Arkham House encontró también el lugar para publicar sus primeros libros Ray Bradbury, la colección de relatos “Dark Carnival”. O el destacado escritor Fritz Leiber.





Derleth siempre incluyó a escritores ingleses, como los ya nombrados Machen y Hodgson, además de otros autores verdaderamente clásicos de la literatura de horror, entre los  cuales podemos señalar a Algernon Blackwood o M. P. Shiel; y fruto de esto y el interés por incluir a nuevos autores fue que en 1964 editó el primer libro de cuentos de Ramsey Campbell, de tópicos lovecraftianos, cuando este genial escritor tenía sólo 17 años. La relación epistolar de Derleth con varios de estos escritores duró años y en algunos casos se cimentó en amistades de varias décadas.

En Chile, Derleth es conocido entre los aficionados y cultivadores de la literatura fantástica sobre todo por su pertenencia al Círculo de Lovecraft, y por sus cuentos de los Mitos de Cthulhu, algunos de los más famosos “La Habitación Cerrada” (verdadera continuación de “El Horror de Dunwich”, con elementos de otra historia de HPL, “La Sombra sobre Innsmouth”) y “El que acecha en el umbral”, relato que por su extensión es más bien una novela. Aunque ambas han sido publicadas o traducidas como colaboraciones entre Derleth y Lovecraft, son en estricto rigor obras del primero. Pero Derleth no sólo producía ficciones inscritas en la cosmogonía de los Mitos, también escribía ficción de horror sobrenatural de otros temas, y también cultivó la poesía (*), y escribió relatos policiales, ciencia ficción, aventuras juveniles, y en un plano de escritura “seria”, fue un gran narrador de la denominada literatura regionalista norteamericana, uno de cuyos mayores exponentes fue el Premio Nobel de literatura Sinclair Lewis, conocido de Derleth. August Derleth vivió como escritor profesional, y además fue editor y antologista. Una de sus autobiografías está publicada en una página web de autores cristianos. Y fue además un gran defensor de la naturaleza y de las posiciones que hoy llamamos conservacionistas, del medio ambiente. Algunos de sus libros del regionalismo buscan retratar y rescatar cómo era su Wisconsin natal, donde estaba su casa, construida por él mismo, y la editorial Arkham House.





Una de las mayores críticas que se le hacen a Derleth, es que su sistematización de los Mitos obedece a una visión maniquea, propia del cristianismo, que divide el universo del terror cósmico entre los Grandes Antiguos, demoníacos y enemigos de la humanidad, como Yog Sothot o Cthulhu, y los Dioses Arquetípicos, que son potencias benevolentes, y que en ocasiones ayudan a los hombres en su lucha contra el horror innominable y la locura apocalíptica que significaría un nuevo reinado de los Primigenios sobre la Tierra. Lovecraft era ateo y su ficción era más bien amoral y pesimista, sus seres extraterrestres y extradimensionales estaban más allá del bien y del mal, y la existencia de los humanos les era indiferente. Como ha señalado S.T. Joshi, uno de los mayores estudiosos actuales de la obra lovecraftiana, “Derleth concibió en su propia imaginación una raza de dioses benignos llamados ‘Arquetípicos’ (raza que no existe en la ficción de Lovecraft) como una fuerza de ‘bien’ y de contrapeso ante los ‘malos Primordiales’ (Cthulhu, Yog-Sothoth, etc.)”. Pero no olvidemos que en algunos relatos de HPL, concretamente en “El Horror de Dunwich”, los protagonistas humanos como Armitage logran vencer a Wilbur Whateley, quien buscaba el retorno de los Antiguos para erradicar a la humanidad y llevar a la Tierra a sus impíos dominios, un triunfo de la insignificante raza humana contra las potencias más oscuras.


Hace algunas décadas atrás, no era sencillo conseguir libros o narraciones de Derleth en español. Gracias a la labor de Rafel Llopis, Alianza Editorial publicó la antología imprescindible “Los Mitos de Cthulhu”, donde vienen algunos cuentos de este escritor. También publicaron la ya mencionada “El que acecha en el umbral”. Otras editoriales, muy importantes en la difusión de la literatura pulp en los países hispano hablantes durante los años 70, como Editorial Molino o Ediciones Dronte, publicaron antologías de cuentos donde se incluyeron relatos de Derleth, como “La Casa del Valle” o “El testamento de Clayborne Boyd”. Hoy, gracias a editoriales españolas como “La Factoría de Ideas”, Valdemar o la misma Alianza editorial, es más fácil encontrar libros de este autor en nuestro idioma, pero siempre más bien de su faceta lovecraftiana, como continuador y sumo custodio de los Mitos.



Un tiempo en Estados Unidos se volvió parte de los chismes de los fanzines, descalificar ácidamente a Derleth, tras su muerte en 1971. Como buenos cobardes, algunos esperaron que el enérgico editor falleciera para sacar sus cuchillos y atacarlo. Estas críticas de índole personal no tienen mayor importancia, pero lograron mellar un poco la gran labor editorial de Derleth, y su contribución a mantener viva la memoria y la obra de su venerado amigo, HPL. Se puede decir eso sí, en el plano crítico de sus cuentos del Ciclo de Cthulhu, que estos son muy repetitivos y monotemáticos. Yo recomiendo, siguiendo un consejo de El mar de tinta, “consumir con moderación” sus relatos, para no agotarse con historias que pueden ser a veces muy similares, recargadas con los seres, lugares geográficos y libros inventados por Lovecraft, y a los cuales Derleth agrega sus propias creaciones.

Más allá de las legítimas críticas contra August Derleth, o las distintas apreciaciones de su obra, jamás debemos olvidar que si hoy conocemos y valoramos la literatura de horror sobrenatural de Lovecraft, y podemos disfrutar de sus narraciones y temblar de escalofríos, es en parte gracias a la incansable labor de su amigo Derleth por publicar sus escritos y mantener vivo su legado, salvando a este escritor maldito del abismo del olvido.

Miguel Acevedo M.


Nota: (*) recordemos que también Ashton Smith como Frank Belknap Long, o el propio Lovecraft, eran poetas además de prosistas.


Enlace recomendado (en inglés): The August Derleth Society

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