miércoles, 30 de diciembre de 2015

Muere el escritor George Clayton Johnson


George Clayton Johnson



George Clayton Johnson junto a William F. Nolan, leyendas de la ciencia ficción

(A William F. Nolan, por el dolor que hoy debe sentir por la partida de su amigo)


Nota publicada en Sensacine  

Fallece George Clayton Johnson, guionista de 'Star Trek' y 'Dimensión desconocida'

(lunes, 28 de diciembre de 2015)

El autor de ciencia ficción es el responsable del primer guión de la famosa franquicia. Tenía 86 años.

George Clayton Johnson, el escritor de ciencia ficción responsable del primer guión de la inolvidables serie Star Trek, ha fallecido en Los Angeles como consecuencia del cáncer que sufría. Tenía 86 años.

También guionista de la inolvidable Dimensión desconocida y coautor junto a William F. Nolan de la novela La fuga de Logan, Johnson fue durante décadas un habitual en las convenciones de ciencia ficción. Su muerte ha sido confirmada a Associated Press por parte de su hijo Paul B. Johnson, quien agradece el apoyo recibido por parte de los seguidores del trabajo de su padre: "Dejar claro cuánto quería a sus fans y, juzgando la arrolladora reacción que ha llegado por parte de cientos de personas, conocidas y desconocidas, causó un gran impacto sobre ellos".

Nacido en Cheyenne, Wyoming, en 1929, Johnson llegó a la industria del entretenimiento por la puerta grande en 1959: guionista de uno de los episodios de la famosísima Alfred Hitchcock presenta. En 1966, tras haberse ocupado del guión de varios episodios de Dimensión desconocida, escribió el libreto del que acabaría siendo el primer episodio de Star Trek.


G. C. Johnson junto a Ray Bradbury

domingo, 13 de diciembre de 2015

viernes, 11 de diciembre de 2015

Presentación de Libros de Gatojurel Ediciones en el Café Brazil (jueves 17 de diciembre)




El jueves 17 de diciembre a partir de las 20.00 horas presentaremos los libros de nuestra editorial autogestionada en el ya mítico Café Brazil, en Cumming 562 a pasos del metro Cumming, línea 5.

Eses día pondremos en vitrina lo mejor de nosotros: Miguel Fernando, René Acevedo, Angelo Vargas, Elías Sharon Jirikils, Patricio Muñoz, Jonathan Lalo Araya y Paz Correa.

Quedan todos invitados a una agradable noche en el Café Brasil, lugar ideal para escuchar poesía, cuento y crónica. 

Todos nuestros escritores y otros invitados dispuestos a llenar el lugar de talento. 

Además nos acompañarán con su música los Poetas Marcianos que se materializarán en el escenario ante la multitud estupefacta, y cuidado que siempre declaran que NO vienen en son de paz!!

Muchas gracias a todos los que nos acompañan siempre. 

GATOJUREL, Centro cultural por la difusión de la lectura a bajo costo.



martes, 1 de diciembre de 2015

Escritos de juventud: Comunicación unilateral (cuento)

Comunicación unilateral

Así son las cosas, hijo. Los puntos están puestos sobre las íes. Tú lo entiendes bien, estoy seguro; somos gente adulta y nos entendemos. Ahora debes empezar a desenvolverte con visión a un futuro éxito en el mundo. Sólo aterrizando puedes lograrlo.

Las formas de la oficina se mantienen rígidas y estables ante la inexorable mirada. Las miradas de los dos hombres se cruzan y de pronto se derraman sobre el contorno de los muebles, la del muchacho quiere saltar por la ventana. El cigarrillo se contornea como un ebrio en la boca de su padre y crea formas abstractas, sin ninguna estructura. El humo llena las paredes e irrita los ojos. El joven asiente con obediencia; si padre; claro, papá.

Estamos de acuerdo, pues. No más tonterías. No más años perdidos estudiando arte o literatura u otros caprichos. Harás algo práctico. Tendrás trabajo aquí; no necesito más personal, pero siempre habrá cupo para mi propia sangre.

La joven cabeza asiente, pero no su contenido. Son movimientos reflejos, aprendidos en todas las conversaciones con papá. El río de personas sigue avanzando torrentoso afuera; es sólo cosa de asomarse por la ventana y ver el bloque compacto y pútrido de gente, edificios grises derramando ventanas, empleados de oficina, autos regalando generosos su humo, mujeres, lindas liceanas, escaparates y un poco de cielo arriba para que recuerdes el smog.

Saldrás adelante, estoy seguro. Tu madre no lo cree, pero las mujeres son así, nunca confían en nosotros los hombres, que somos los que manejamos la buena marcha del mundo. Pero cuando vea lo que rindes, estará de acuerdo conmigo. Así es, hijo. Con dinero se construye el porvenir.

El muchacho no está ahí, pese a verse tan rígido. Las clases son tan placenteras. El profesor Ramírez es del uno, lee siempre mis poemas. Está también con su polola, revolcándose con ella en la cama, sintiendo su exquisito cuerpo bajo el de él.

Ahora todo lo que compres será con tu fruto.

Claro, papá. Siente que el sí papá todavía suena en la oficina. Sí papá, sí papá. Suena una y otra, otra, otra vez. Rebota en el escritorio, en el archivador, el alfeizar, su chaqueta. Salta por la ventana y se multiplica en todas las ventanas del edificio del frente, y sale disparado hacia arriba y abajo.

Entonces, está hecho. Se termina el semestre y chao universidad. Te vienes para acá, a codearte con gente de trabajo.

Los sí papá están occisos en su garganta. Le hacen cosquillas a su laringe esos cadáveres. Se conforma con los espasmódicos movimientos de aprobación de la cabeza. Se sienten los rumores de las otras oficinas; teclean en la máquina de escribir, sorben café, apuran un cigarro. Alguien se mira en su espejo y se embadurna con inútiles implementos. Una sombra suspira sobre una factura. Voces y rumores. El joven imagina un monstruo con forma de hidra rematado en muchas cabezas de cristal, que reflejan el rostro de su padre, recorriendo las dependencias.

Todo perfecto, desde julio comienzas a trabajar aquí. Tu madre estará feliz, como yo. Date este tiempo para olvidar los jueguitos artísticos y despedirte de tus amigos y profesores. Nada de lloriqueos, jajá. Sé hombre.

Se levanta del asiento y un frío apretón de manos adorna un instante la oficina. El humo del cigarro se ha asentado ya en los pulmones. Así que para esto me querías, papito. Sale de la oficina y del piso. Baja en un ascensor que no se digna a dirigirle la palabra. Otro sí papá brota de uno de sus ojales. Cruza un pasillo que se alarga en sus extremos, sale del edificio y se va a hundir en la masa gris y compacta de la gente. Se mueve con las ondulaciones de los demás, sigue el ritmo mientras las palabras vuelan de un lugar a otro. Sabe que, secretamente, los edificios y las cabinas telefónicas y los kioscos se burlan de él y su desgracia.

Camina por el bandejón central de la Alameda, hasta que encuentra un escaño vacío y se sienta ahí. Mira la luz del sol a través de las hojas de un árbol. Y comienza a recorrer mentalmente los caminos que lo llevaron a esa cloaca de la existencia.

Miguel Acevedo M.



Nota del autor: este cuento lo escribí hace décadas atrás, cuando tenía unos 19 años. Le hice unas correcciones mínimas a la redacción, ya que lo que me interesa es mantener el estilo que tenía en esos años. No me motivaba volver a escribirlo. Pero el borrador que encontré terminaba en la parte que dice “… se burlan de él y su desgracia.” Yo sabía que no terminaba ahí este relato, por más años que han pasado recordaba  que concluía con el protagonista sentado en un escaño de la Alameda… Así que le agregué las tres últimas líneas, esperando ser fiel al espíritu original del cuento, a pesar del tiempo transcurrido.


Espero que les haya gustado.

The outsider

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