viernes, 25 de septiembre de 2015

Mi Primer Fin de Mundo

“¡Temblor!... ¡Terremoto!… ¡Mentira!”
De un viejo chiste

Hace poco, tras el terremoto de 8,4 grados registrado en la IV región de Chile, el 16 de septiembre pasado, en las noticias repetidas hasta la saturación sobre el sismo por la tele, una señora afirmaba que pensaba que era el “Fin del Mundo”. Y como no figurarse algo así, en medio de un sismo que bota las paredes de las casas, y  tras el cual suenan las alarmas de un maremoto. En esos momentos pueden emerger los temores más profundos, y por instantes nublar la conciencia. Y ese relato me trajo a la memoria antiguos recuerdos y sensaciones, también invocadas por la seguidilla de réplicas, algunas bastante fuertes. Así que les contaré un poco de mi ambiente mental de fines de los 70 e inicios de los 80, partiendo de la base de que puede tener algún interés.

A fines de la década de 1970, en los diarios de circulación nacional como La Tercera, se difundían notas sobre las predicciones del astrónomo chileno Carlos Muñoz Ferrada. Muñoz Ferrada defendía la tesis de la Geodinámica. Es decir, para él, los sismos no son provocados por el movimiento de las placas tectónicas (choque de la placa de Nazca con la Sudamericana), sino por fuerzas de atracción gravitacionales, que relacionan al océano, la atmósfera, las explosiones solares y los terremotos. Para este investigador, que tuvo el tremendo acierto de haber predicho el terremoto de Chillán de 1939, toda la humanidad iba hacia un apocalipsis final, por culpa del planeta Hercólubus (o el Planeta X), gigantesco cuerpo astral rojo que vaga por el espacio como un cometa, y que viene en curso de colisión con la Tierra, evento final que será precedido de terremotos globales y eclipses solares. En los diarios de fines de los 70, Muñoz Ferrada se explayaba sobre sus teorías, diciendo que el fin de los tiempos sería hacia el año 2000 ó 2001, fijando incluso fechas exactas de un holocausto planetario que nunca ocurrió (1).
Muñoz Ferrada

Recuerdo que esas noticias me inquietaban sobre manera, pero las leía con morbosa fascinación cuando caían en mis manos (en mi casa, mi padre y mi abuelo compraban infaltablemente el diario, y mis abuelos maternos, en la población La Victoria, también, aunque allá generalmente terminaba sirviendo para envolver cosas).

Luego, por esa misma época, un especial (poco serio) de televisión nos impactó mucho a mí y mis amigos, anunciando que se avecinaba “La era de Acuario”, un alineamiento planetario que traería cataclísmicas consecuencias para la Tierra. Recuerdo como con mi amigo Mario, a veces andando en bicicleta conversábamos sobre estas predicciones, que tenían como fatal fecha el año 1982. Por ese entonces yo no sabía que La era de Acuario era algo totalmente distinto, una visión de hermandad y apertura espiritual, de vida en comunidad, tan cara a las visiones hippies de los años 60 y 70.

Y en 1982, adivinen… no pasó nada.

Hasta que llegamos al domingo  3 de marzo de 1985. Esa tarde, con mi familia veíamos una película de artes marciales en la televisión, nada menos que de Chuck Norris. Comenzó el movimiento y lo tomamos a broma, ya que hacía rato que se vivía un enjambre sísmico en la zona central del país. Estábamos juntos mi mamá, mi papá, mi hermano René y Héctor, un amigo del liceo. En su pieza, estaba mi abuelo. Entonces el temblor se fue transformando en un fuerte terremoto, de 7,8 grados. Con mi hermano y el Héctor salimos a la calle, y las casas y los postes se remecían como nunca antes lo había visto. La gente salía asustada, y se cayeron algunas paredes. El saldo nacional fue de casi 180 muertos. Las réplicas duraron semanas con variada intensidad. Recuerdo como con mi compañero de curso de esos años, Guillermo Calvillo, recorríamos las casas y departamentos de nuestros amigos para preguntarles como estaban, y las interminables conversaciones y paseos con mi hermano y mis amigos José Manuel, José Luis, Mario y Pedro, otro miembro de la pandilla de mi adolescencia (a quien en esa época llamábamos Gastón, y no tengo la menor idea de por qué). Guillermo andaba con un ánimo particularmente pesimista, ya que su familia vivió el sismo en San Antonio, donde la destrucción fue tremenda.




Muñoz Ferrada, desde su casa y observatorio en Villa Alemana, volvió a la carga, con sus oscuras y poéticas alusiones al planeta-cometa o al Sol negro, y explicando los sismos en la zona central frente a la V región de Valparaíso, planteando esto desde antes de 1985, por la existencia de los volcanes submarinos  Oroya y el Layod, información que ha sido desmentida por la Armada. Pero lo que nos marcó a muchas personas por esa época, fue una fuerte réplica al terremoto (que algunos señalan que fue un fenómeno de distinto origen), el 8 de abril de 1985, superior a 7 grados.  Esa réplica la vivimos en la casa de Mario, junto a su abuela y un amigo de ese tiempo, que creo que se llamaba Patricio.

Y aquí entra a escena la Virgen de Villa Alemana.

En 1983 comenzaron las grandes protestas populares contra la dictadura militar de Pinochet. Y ese mismo año, un joven marginal, Miguel Angel Poblete, llamado vidente por la prensa, empezó a ver visiones de la Virgen María, en Peñablanca, Villa Alemana. La gente iba en masa a ver las apariciones, incluso en buses pagados por las municipalidades fascistas de comunas de Santiago (no olvidemos que en ese tiempo, los alcaldes eran designados por la dictadura, no había ni siquiera elecciones para juntas de vecinos). Tras el terremoto del 85, arreciaron nuevamente las apariciones divinas, pero hacía rato que las revistas de oposición al régimen, llamaban a la Virgen de Villa Alemana, la Virgen con bototos. La jerarquía de la iglesia católica se distanció del fenómeno de Peñablanca, siendo públicamente incrédula al respecto.

Y se supone que la Virgen predijo el fuerte sismo del 8 de abril, contando hasta con un programa de radio para difundir la sicosis colectiva, y anunciando que se venía un terremoto apocalíptico, que se hundiría el país, y que para salvarse los creyentes debían poner en la puerta de su casa, una imagen de un antiguo símbolo cristiano, un pez, ictus. Alguien en mi casa colocó el dichoso símbolo. Mi estado de ánimo no podía ser más negro, yo creo que cuasi depresivo. Pero el tiempo pasó y no ocurrió el apocalipsis, y conversando y protestando en la calle contra la dictadura (yo lo hacía casi en forma lúdica a esa edad, aún no tomaba conciencia de la seriedad de la lucha), se fue disipando la nube oscura. Las visiones y las payasadas de Miguel Angel duraron hasta 1988, cuando se acabaron las apariciones de Villa Alemana.

No olvidemos ni por un momento que en marzo y abril de 1985, el país estaba en pleno estado de sitio, desde noviembre de 1984 (2), y habían ocurrido crímenes atroces ejecutados por los agentes del Estado, como el secuestro y posterior degollamiento de los comunistas Nattino, Parada y Guerrero, o el asesinato de dos jóvenes militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), en la Villa Francia, Eduardo y Rafael Vergara Toledo, ejecutados por la policía. Y en 1986, cuando las fuerzas más combativas de la izquierda llamaban a la sublevación nacional y al alzamiento popular en el “año decisivo” contra el gobierno, apareció en los cielos el cometa Halley y su estela, bello fenómeno espacial que era prácticamente invisible desde Chile. Nuevamente intentaron levantar cabeza los agoreros del fin de los días, pero esa ya es otra historia.

En los años 90, ingresé a estudiar en el querido Pedagógico (rebautizado como UMCE por la dictadura y los democráticos nuevos tiempos). Y uno de mis profesores, Eusebio Flores, quien se enorgullecía de que por su influencia nuestro departamento se llamaba Departamento de Historia y Geografía,  nos entusiasmó con un viaje de estudio a Villa Alemana, a conocer la casa de Muñoz Ferrada y sus aparatos sismológicos hechos por él mismo. Pero nunca fuimos para allá, por falta de financiamiento institucional, y quizá falta de interés de los propios alumnos. Así que nunca conocí en persona al profeta de las tormentas cósmicas de mi niñez.

En esa década, nunca tomé en serio las profecías sobre el año 2000 y su final de mundo. Y luego en los años 2000, no le di mayor importancia a los aciagos pronósticos de un cataclismo mundial el año 2012, aunque los devastadores terremotos y tsunamis de 2010 en Chile (de 8,8°) y 2011 en Japón, de 9 grados (3), me dieron bastante que pensar. Pero me he mantenido firme, lejos de las predicciones apocalípticas de embusteros, charlatanes y profetas de tercera categoría, que tienen su nicho y su tonto público cautivo, desde la televisión y la internet.

Miguel Acevedo M.

Quiero dedicar estos párrafos, a mi querido profesor Eusebio Flores, a quien llamábamos cariñosamente “Tevito”, quién murió hace pocos días atrás. Dejaste una huella en mí y en toda la gente que te recuerda.

profesor Eusebio Flores


Notas:

1) Muñoz Ferrada murió el año 2001, más o menos en el mismo marco cronológico en que predijo su catástrofe planetaria. Debo decir que cada vez que leo sobre él, me hace evocar las teorías de la paraciencia o seudo ciencia, o lo que los norteamericanos llaman ciencia “fringe”, y uno de cuyos mayores exponentes fue el autor Charles Fort, tan caro a Lovecraft y a varios integrantes de su círculo, autor de “El Libro de los Condenados”. También los fenómenos de este tipo están muy bien retratados en la notable serie de televisión Fringe, de J. J. Abrams, protagonizada por la bella Anna Torv, Joshua Jackson, John Noble y el legendario Leonard Nimoy.

2) en 1985, Ricardo García era el ministro del Interior, y Francisco Javier Cuadra, el ministro secretario general de gobierno. Estudios periodísticos han señalado a Cuadra como uno de los impulsores del montaje mediático de la virgen de Villa Alemana. Para una visión crítica y general de la situación del país en esos meses, escrita al calor de los acontecimientos, se puede consultar la revista “Análisis”, o la revista “Apsi”.


3) los grados anotados en este texto para los sismos, corresponden a la escala de richter.

martes, 15 de septiembre de 2015

H. P. Lovecraft, racista


UN COMENTARIO MUY INTERESANTE

Nota previa: Este agosto se celebraron los 125 años del nacimiento del gran escritor norteamericano H. P. Lovecraft (1890-1937), con actividades como la NecronomiCon, en Providence. En Estados Unidos se está viviendo hace rato un verdadero renacimiento de los terrores cósmicos de Lovecraft y su círculo de amigos epistolares, creadores de los Mitos de Cthulhu, cuya paternidad nadie le niega al Profeta de Providence. También hay un estudio más detallado de sus ideas, sus obsesiones y de su vida, a cargo de autores como S. T. Joshi y Robert M. Price, entre otros. Pero también han aparecido fuertes críticas a los aspectos más oscuros de este gran escritor, como su racismo y su filofascismo, críticas que se han publicado en la prensa (ver aquí, por ejemplo), o se han ventilado en foros de internet. Dejo aquí este interesante y ácido comentario del escritor Jason V. Brock sobre estos aspectos. Brock lo publicó en su Facebook, en inglés, y fue traducido por mi querido amigo Mario Del Castillo.


Lovecraft, filosóficamente hablando y aparentemente, es lo opuesto a las ideas de izquierda. Los izquierdistas parecen estar diciendo: "fue un idiota" enfocándose solo en sus características negativas. Sin embargo, con esa postura, la izquierda está demostrando que es incapaz de mirarse al espejo y darse cuenta de lo intolerante que es, lo que no deja de ser extraño, cuando la inmensa mayoría de estos "odiosos cacareantes" son hombres blancos. Queda claro que la ironía no es para graves.

Pienso que es muy duro para los Yankees aceptar que los norteños pueden ser unos cabrones racistas. De hecho, pienso que muchas veces pueden ser más racistas en el norte que en el sur de los Estados Unidos.  Es demasiada identidad política, demasiado "gatillo" y demasiada "micro-agresión". Esto está realmente jodiendo la vida de la gente.

Cuando era niño, tuve profesores que me trataban fatal por asuntos raciales. No fui para nada un niño mimado. Mis padres se enfrentaron al problema, llamaron a nuestro "Consejero de Nativos Americanos" y uno de los profesores recibió una dura reprimenda (la profesora era, irónicamente, negra). Ahora estoy bien. 
Mi padre y abuelos tuvieron que lidiar con prejuicios raciales toda su vida debido a su color de piel. Mi padre fue un hombre dulce que se erigió por sobre los prejuicios. 

Esos chiflados odiando a Lovecraft, necesitan hacer lo mismo y PARAR DE RELACIONAR TODO CONSIGO MISMOS. A veces, la única manera de superar algo es superándolo. Quejarse solo alimenta el problema. 

El único panel sobre las apreciaciones racistas de HPL que alguna vez podría volver a leer debería estar completamente lleno de negros. O tal vez lleno de negros y judíos. Joder... que yo podría estar ahí!  JAJAJA!





Jason V Brock junto al legendario escritor norteamericano de ciencia ficción, William F. Nolan

viernes, 11 de septiembre de 2015

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Retazos (próximamente) Actualizado



Preparando la publicación de un nuevo libro, junto a la escritora Paz Correa. Un conjunto de narraciones breves, microcuentos y nanocuentos. Y siempre con el apoyo decidido de GatoJurel ediciones. 

Próximamente mas información al respecto.

PD: lo más probable es que el libro se edite con otro nombre, y no se llame "Retazos". Será publicado en poco tiempo más.


The outsider

Por lo menos en cuatro ocasiones, estuvo a punto de ser publicado por editoriales profesionales un libro de cuentos de Lovecraft durante su ...