martes, 24 de marzo de 2015

Gregory Walcott, la estrella de “Plan 9 del Espacio Exterior”, muere a los 87 años.




El actor Gregory Walcott, quizás más reconocible por su papel en el “Plan 9 del espacio exterior” de Ed Wood, murió el 20 de marzo a la edad de 87 años.

El hijo de Walcott, Todd Mattox, anunció el fallecimiento de Walcott en su página de Facebook el pasado fin de semana.

La carrera de Walcott se extendió mucho más allá de su papel en la película de culto de Ed Wood, con docenas de créditos en cine y televisión. El actor con frecuencia tuvo papeles en los proyectos de Clint Eastwood, comenzando con la CBS’ “Rawhide” y continuando a través de varios otros proyectos como “Joe Kidd”.

Su primer papel fue en 1952 en un rol sin acreditar en “Red Skies of Montana”, y él apareció en muchos otros proyectos desde “ Mr Roberts” en 1955 a “Prime Cut” en 1972, y en “Norma Rae” en 1979. Walcott tenía una serie de papeles notables o recurrentes en la televisión, incluso en series como “Distrito 87”, “Dallas”, y “La Tierra de los perdidos”. Su última aparición fue en el biopic “Ed Wood” de Tim Burton en 1994. También publicó un libro de memorias en 2003, “Hollywood Adventures: The Gregroy Walcott Story.”

Walcott se crió en Wilson, Carolina del Norte, y le sobreviven tres hijos, entre ellos Todd Mattox.





domingo, 15 de marzo de 2015

Bajo un sol negro


Hace poco leí el libro de cuentos de ciencia-ficción “Bajo un sol negro” (1), del escritor chileno Teobaldo Mercado, mi amigo. El volumen está compuesto por ocho relatos, de la más pura ciencia-ficción de la vieja escuela, y los registros van desde el terror hasta la space opera. Mientras leía los relatos, no pude dejar de evocar a los escritores de la edad de oro del género, como John W. Campbell, Asimov, Van Vogt, Heinlein, Harry Bates, o incluso la nostalgia y los toques de poesía de escritores como Robert F. Young o Bradbury, sin olvidar el terror cósmico de Lovecraft.

Pero el estilo narrativo de Teobaldo, volcado a la acción física, el suspenso o las ágiles descripciones de atmósferas y batallas, me trajo en todo momento los recuerdos de películas de fantasía científica, algunas recientes como la extraordinaria cinta “Interestelar”, o la bizarrísima y subvalorada “Skyline” (no olvidemos que este libro es del 2008). Pero sobre todo de clásicos de los 70 como “Silent Running” o por supuesto “La Guerra de las Galaxias” y “Galáctica, astronave de combate”, o películas de los años 60 como “2001” o la nunca del todo apreciada Ikarie XB-1 (“Viaje al fin del Universo”). Y para qué decir de clásicos imperecederos de los años 50 como “La Guerra de los Mundos” o “El día que paralizaron la Tierra”. Y sin olvidar películas de bajo presupuesto tan queridas por Teobaldo como “Viaje al planeta prehistórico” y su casi gemela “Viaje al planeta de las mujeres prehistóricas” (donde el maestro Roger Corman saqueó sin asco ni remordimiento alguno la cinta soviética “El Planeta de las tormentas”, una joya de Europa del Este).
El escritor Teobaldo Mercado

Pero por favor, no crean que todo es evocaciones y reminiscencias de otras obras del género. La prosa de Teobaldo Mercado se sostiene por sí sola, y nos adentra en emocionantes guerras espaciales; pueblos siniestros que no deberían estar ahí, poblados de seres misteriosos y amenazantes, en “El pueblo que no debía existir”; un vampiro que reflexiona sobre su destino, en “El vampiro y el tiempo”; mundos laborales virtuales, en “La oficina virtual”; naves extraterrestres estrelladas en plena Alameda (¡en Santiago de Chile!), en “Lamentos”; matrix generadas por inteligencias del espacio exterior, o los dramas de protagonistas marcados por amores imposibles y la nostalgia de una vida que no fue…

No puedo dejar de señalar que las potentes imágenes del relato  “Lamentos”, o el horror latente en cada página de “El pueblo que no debía existir”, los hacen para mí simplemente dos de los mejores cuentos de CF que he leído.

Miguel Acevedo.


Nota:

1) Segunda edición, 2008. Impreso en Santiago de Chile por el autor. Teobaldo ha publicado varios libros más, como por ejemplo la novela “Hacia otros universos”;  y sus relatos han sido incluidos en antologías, como la ya casi mítica “Años luz. Mapa estelar de la ciencia ficción en Chile”.

Podría también agregar las conexiones que estas historias pueden tener con las series de  televisión de ciencia ficción, ya que el escritor y yo somos de la misma generación y vimos similares frikerías en la pantalla chica, pero ahora los quiero dejar con la versión en PDF del libro “Bajo un sol negro”, reproduciendo aquí la nota que Teobaldo publicó en su blog.




por Teobaldo Mercado 

He dejado el formato del papel para entrar de lleno en el libro digital. Lo hago porque me aburrí de trastear tanto con miles de hojas, encuadernación, corte, diseño, distribución, etcétera. Pero no importa, para eso existe el e-book. Además, el intentar con las editoriales resultó en fracaso y no quiero pasarme el resto de mi vida corriendo de una en otra. Acá hay un pequeño resumen de lo vivido:

—Editorial Planeta chilena: Al editor le pareció bien escrita, no obstante, era ciencia-ficción y eso no vendía.

—Editorial española cuyo nombre no recuerdo (boté las cartas recibidas años atrás): En principio encontraron interesante mi novela, aunque al final no la publicaron.

—Equipo Sirius: Dos meses después de enviarles el contrato firmado para la publicación de mi space opera, dijeron que no lo iban a hacer.

—Grupo Ajec: Se suponía que mi antología saldría el primer semestre de 2011. Bueno, tuvo graves problemas económicos, así que no puedo esperar que la edición se concrete, no es su culpa y en todo momento fueron muy amables y caballeros conmigo.

Además de muchas otras en Chile y España que dijeron “No” a mis cartas/correos o simplemente los ignoraron.

Como dije antes, no importa, la tecnología nos ha brindado nuevos y maravillosos métodos con los cuales publicar, así que de todas maneras editaré mis obras. Seguramente algunos me seguirán reprochando lo de ser escritor autoeditado, pero eso es parte del juego. Sigo adelante con esto porque sé que voy por el camino correcto. No me creo la Octava Maravilla, mi ego es pequeño, sin embargo, considero que puedo aportar algo interesante a la escritura. Ha sido un camino esforzado, no exento de problemas, desde los que esgrimieron el típico “tus escritos nunca le interesarán a nadie” y terminando por cierto egocéntrico famosillo que dijo que yo era un mal escritor (en circunstancias que él envía unos correos que dan pena por lo mal redactados que están). No obstante, nunca me rendí y seguí adelante pese a los inconvenientes, pese a saberme un escritor tradicional (a veces lindando con lo "hard") dentro de un ambiente en que eso no gusta. Todo lo que he conseguido ha sido gracias a mi esfuerzo y a los buenos amigos que he cultivado a lo largo del mundo, sin necesidad de Padrinos Mágicos que le digan a los demás lo bueno que soy o que me regalen premios que no me merezco, ni Mafias de ningún tipo o perritos falderos que dediquen sitios enteros a mi adoración. Creo en el trabajo personal antes que otra cosa y así seguiré escribiendo.

Los enlaces para descargarlo son los siguientes:

Pdf:



Mobi:


Además, aprovecho de dejar los dos primeros capítulos de mi space opera “Hacia otros Universos” como anticipo a su publicación digital durante los próximos meses:


Espero que les agraden mis obras y disfruten de su lectura.


Saludos.

domingo, 1 de marzo de 2015

Adiós, Leonard Nimoy



“Una vida es como un jardín. Momentos perfectos se pueden tener, pero no preservar, excepto en el recuerdo. Larga vida y prosperidad.”

Ultimo tweet de Leonard Nimoy (traducido por mi amigo Mario del Castillo).


A fines de los años 70, descubrí la serie “Viaje a las estrellas”, pero en su versión de dibujos animados, que pasaban por el canal UCV Televisión. Fue gracias a mi amigo Mario, en los últimos años de la enseñanza básica, que descubrí que era una serie con actores reales, que daban en esa tiempo en el canal 9 (actual Chilevisión). Así que poco a poco me fui volviendo un fan de las aventuras de la nave espacial Enterprise y su tripulación multirracial e interplanetaria, el Capitán Kirk, el señor Spock del planeta Vulcano, Scottie, Uhura y por supuesto Bones, entre otros personajes memorables de una serie que marcó a generaciones. Y como en la vida de uno a veces se dan las sincronías, precisamente en 1980 se estrenó en los cines de Chile “Star Trek, the motion picture”.



Leonard Nimoy  (1931-2015), nació en Estados Unidos. Hijo de inmigrantes judíos, desde pequeño estuvo vinculado a la actuación y al teatro, además de haber trabajado en otros oficios bastante más prosaicos en su juventud. Trabajó en películas y en seriales de cine en los inicios de su carrera en los años 50 (“Zombies of the Stratosphere”, de la Republic), y ya en los años 60 se vuelve un rostro más conocido en la televisión (en la que venía trabajando desde la década de los 50), participando en episodios de las series de culto “La Dimensión Desconocida” y “The Outer Limits”, o en “The Lieutenant” de Gene Roddenberry, el creador de Star Trek, la que comenzó a ser transmitida en 1966. Fue precisamente esta serie de viajes espaciales y su papel como el legendario Señor Spock, la que lo hizo famoso y conocido para millones de telespectadores en el mundo. Tras la cancelación de esta saga televisiva (en 1969), siguió con su carrera participando por ejemplo en la serie “Misión Imposible” y también en el cine, actuando en los años 70 en la película “Invasion of the Body Snatchers” (La invasión de los usurpadores de cuerpos, 1978), remake de la clásica cinta de Don Siegel, dirigida por Philip Kaufman. Y en la primera película para la pantalla grande de “Viaje a las Estrellas” (1979, dirigida por Robert Wise), actuando en las 6 primeras películas de la saga (de la llamada primera generación), y llegando a dirigir con bastante talento y éxito la III y la IV entrega (“En busca de Spock” y “Misión Salvar la Tierra”).

Ya anciano trabajó en la extraordinaria serie de TV de J.J. Abrams “Fringe” (protagonizada por la hermosa Anna Torv), interpretando al doctor William Bell, y apareció en las nuevas películas cinematográficas de Star Trek, dirigidas por el mismo Abrams.

Además no podemos olvidar que participó activamente en los dibujos animados, con su característica voz tras ellos, como por ejemplo en “Star Trek: La serie animada”. Y en un registro mucho más dramático, en una serie de televisión  sobre el Holocausto (“Never Forget”, de 1991). Tampoco olvidemos que el prolífico Nimoy fue escritor y fotógrafo, facetas de él muy poco conocidas por estas latitudes.

Para finalizar esta breve reseña y homenaje, quisiera agregar las palabras del Almirante Kirk (interpretado por  William Shatner), en el funeral de Spock, en la escena más hermosa de la cinta La Ira de Khan… “De mi amigo sólo diré una cosa: de todas las almas que conocí a través de mis viajes, la suya fue la más… humana”.

Larga Vida y Prosperidad.


Miguel Acevedo










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Por lo menos en cuatro ocasiones, estuvo a punto de ser publicado por editoriales profesionales un libro de cuentos de Lovecraft durante su ...