martes, 11 de octubre de 2011

La Guerra que Yo leí.












































Breve y nostálgica revisión de las historietas de guerra

Por Martín Cáceres Renere

Cada fin de semana íbamos al cambio de revistas. Colocábamos el montón de revistas sobre el mesón con cubierta de latón y el librero las separaba una a una, con ojo experto, según el estado en que se encontraran. Luego se inclinaba tras el mostrador y comenzaba a sacar los montones de los cuales íbamos a elegir. Yo siempre elegía las de guerra. Me atraían sobre todo las portadas, y hoy, treinta años después, sigo pensando que son de las mejores portadas que he visto en revistas de cómics, aunque, claro, aún no se hablaba de "cómics"... para mí eran historietas, y si eran de guerra, tanto mejor. La guerra de papel tuvo su auge y su caída, y hoy ya no interesan como género. ¿Cómo puede competir una historieta con las imágenes del noticiero central? La guerra perdió su aura de gesta de hombres simples que defendían una causa (propaganda de los vencedores de por medio), y se coló por la pantalla del televisor como el ajedrez calculado de las grandes potencias, como una gélida estadística de fratricidios y terrorismo, de matanzas anónimas y de ejércitos de última generación.

Al volver del cambio, revisábamos el botín. Y ahí estaban: las revistas de guerra de Zig-Zag, con títulos temáticos: SOS, con aventuras en el mar; U2, con la guerra aérea; y TRINCHERA, que mostraba la lucha de la infantería. El marco referencial era la Segunda Guerra Mundial, el conflicto armado más importante de la historia, que en cinco años dejaría 56 millones de muertos.

Pero las historietas que yo leía no tenían una intención pedagógica sobre el período que trataban. Eran historias sencillas, que narraban actos de valor aún en las más duras condiciones, por lo general dándose grandes licencias en cuanto a su exactitud histórica. Como cualquier género tratado en forma popular, tenía sus convenciones, empezando por unos guiones en los que el espectro de ideas tratadas era mas bien limitado. Los protagonistas eran los aliados, por lo general los Ingleses; el enemigo siempre los alemanes o los japoneses (con el correr del tiempo, los enemigos ya no fueron los alemanes, si no los nazis.).


ESA OTRA GUERRA...!

A veces las historias tenían un trasfondo documental, como en El hombre de hierro, donde se narraba la historia de la cautividad del as inglés Douglas Bader, el piloto sin piernas (GUERRA...! 116), o Bombardeo sobre Japón, con la misión del coronel Dolittle. (GUERRA...! 118). La redención era uno de los tópicos del género, como en El duro camino, donde un altivo piloto de spitfire termina haciendo un trabajo por él antes menospreciado: El de la tripulación de cubierta de su portaaviones de escolta (SOS 22) o la de los soldados ávidos del oro japonés en las junglas de Birmania, los que deben sacrificar su botín tras la voladura de la fortaleza japonesa, a fin de salvar a sus compañeros, en Caprichos de la fortuna (GUERRA...! 143) una idea similar la encontramos en El gigante del mediterráneo (GUERRA...! 116) donde un amoral traficante de joyas sueco se mantiene neutral en Malta a fin de salvar su fortuna. obligado al fin a alistarse, la lucha por la isla lo hace recapacitar y al final dona sus joyas a la reconstrucción de Malta. Las armas secretas y los ingenios fantásticos se podían hallar en El juego endemoniado, (GUERRA...! 136) donde un agente inglés roba y destruye el prototipo del caza 1500, haciéndose pasar por el piloto, en una secuencia que luego veríamos en la película Firefox. Incluso el agente se da maña para llevarse al científico alemán y a su hija a Inglaterra. A falta de documentación- o imaginación- el dibujante opta por dibujar algo así como un Mirage III. En ese mismo número, Paddy Payne se enfrenta al Barco de hielo, amenaza nazi en la forma de un barco portaaviones que puede congelar el océano circundante y atrapar en el hielo a los barcos enemigos. Paddy Payne era una de las figuras protagónicas de U2. La otra era Roberto Britton (Battler Britton en el original inglés), pilotos de la RAF que tenían todo tipo de aventuras, algunas muy inverosímiles, no sólo en el aire, también en tierra y en el mar. Algunas veces, la acciòn se trasladaba a la Primera Guerra Mundial, como en Caballo de Troya (U2 56), donde los pilotos Ingleses desbaratan un plan Alemán consistente en la invasión de tropas transportadas en un gigantesco aeroplano.

Todo comenzó en la Inglaterra del siglo XIX, con la edición de los llamados Pockets, revistas que condensaban historias literarias publicadas en semanarios. Con el tiempo, el pocket pasaría a designar a una revista muy pequeña (17 x 13 aprox., de ahí su nombre) de historietas. La editorial Fleetway empieza a publicar, en la década de los cincuenta, una serie de títulos con aventuras en la segunda Guerra Mundial: Air ace picture library, Battle picture library, Valiant picture library, etc. Las revistas, con portadas a todo color, tenían un interior de 58 páginas en blanco y negro. El éxito de Fleetway fue tal que muchos dibujantes extranjeros trabajaron en alguna de aquellas colecciones: Baste recordar a Hugo Pratt, a Juan Zanotto, a Solano López o a nuestro querido ergocomico Max Carvajal.

Este éxito no pasó inadvertido aquí en Chile. En los sesenta, el cómic era una próspera industria: Empresa Editora Zig-Zag Tenía un amplio catálogo de títulos de diversos géneros, que complementaban la oferta junto a las revistas mexicanas de Editorial Novaro. Fleetway cedió los derechos de sus colecciones bélicas a Zig-Zag, y así nacen SOS, U2 y TRINCHERA. Desgraciadamente, al ser trabajos vía agencia, las historietas no venían firmadas. Nunca conocí los nombres de los autores, a no ser que su estilo los delatara, como el caso de los dibujantes españoles o argentinos antes mencionados.

En Zig-Zag se tradujo y se aplicó color, un color plano y en general sin ningún criterio, que a veces empastaba el dibujo y lo hacía muy confuso, sobre todo en el caso de autores británicos, con su característico estilo clásico de elegantes achurados. El éxito de las revistas llevó a Zig-Zag a crear un cuarto título: GUERRA...!, revista de 64 páginas -el doble que las demás- en las que se encontraban historias aéreas, navales o terrestres. En GUERRA...!, además, se publicaban dossiers sobre el conflicto, biografías y fichas técnicas, con fotos e ilustraciones, siguiendo la pauta de U2 con su "Colección U2", páginas centrales con la historia de los aviones más famosos de la guerra, o TRINCHERA, con su contraportada dedicada a las armas e ingenios de la infantería, ambas ilustradas por Max Carvajal. En blanco y negro en su primera etapa, se editaría luego en color. En algunos números se incluían en la portada los llamativos logotipos de sus revistas hermanas. Zig-Zag publicaba además ESPIA 13, que narraba las aventuras de David Doughty, agente del servicio secreto inglés. En AGENTE SILENCIO, se podían leer las aventuras de Marouf, aristócrata francés aparentemente postrado en una silla de ruedas en su castillo. Estos personajes también se insertaban en el marco de la Segunda Guerra Mundial. El material de ambas revistas venía de Inglaterra.

LA GUERRA EN AMÉRICA DEL SUR

En 1970, Zig-Zag se convierte en Quimantú, la editorial del estado. Tras la reestructuración de rigor, algunos títulos desaparecen: U2, SOS y TRINCHERA se liquidan. Sólo queda en pie GUERRA...!, que durante un tiempo sigue publicándose con material extranjero. Incluso se podían leer las estrambóticas peripecias del Sargento Fury y sus rugientes comandos, personaje creado nada menos que por Stan lee y Jack Kirby en 1963. Tras Kirby, siguió en el dibujo su antiguo entintador, Dick Ayers. Desgraciadamente, la publicación nacional no respetaba la diagramación original, debido al formato de GUERRA...!, llegándose incluso a transforman viñetas, lo que desmejoraba bastante una entretenida historieta. En los 70 termina el envío de material Británico, lo que no supuso ningún inconveniente para la empresa. La guerra de Vietnam estaba en su apogeo, y Quimantú se alineó con el bando agredido, de acuerdo a su ideología. Esto permitió que el material fuera realizado por dibujantes y guionistas nacionales.

GUERRA...! abandona su formato de 64 páginas en blanco y negro -o negro y rojo- y se convierte en una revista de 32 a todo color. Corresponsal de guerra narraba las historias de Alvaro lorca, español, y Roberto Ferrer, chileno, ambos periodistas estacionados en Saigón. Aquí las simpatías estaban claramente de parte del Vietcong y del EVN: el gigante americano era el agresor y sus soldados meros peones mandados al matadero: en napalm, un piloto de Phantom atormentado por los ataques a aldeas indefensas, termina siendo derribado tras destruir su propia base. La reflexión final del corresponsal es elocuente: "Seguramente pasará a la historia de su patria como un traidor. Pero para mí, el capitán Biggart fué un héroe" (GUERRA...! 172).

En Abrazo mortal, una guerrillera del Vietcong se inmola con una granada matando a su amado al enterarse que éste era un espía del sur, (GUERRA...! 176) en un guión que hacía hincapié en la fortaleza y disciplina ideológica de los vietnamitas del norte. Esta visión se complementaba con las historias que Lorca le contaba a su amigo Chileno Ferrer, de su juventud como miliciano rojo en la revolución Española o como maquis en la Francia ocupada. Por lo general, los dibujos corrían a cargo de un solvente Ernesto López, una de las firmas recurrentes de Dr. Mortis. Quimantú, con su política de rescatar nuestra idiosincracia y de trabajar basándose en nuestra identidad, crea los primeros -y hasta hoy únicos- títulos de historietas bélicas con protagonismo chileno: C.O.N.U., Comando Naval operacional Unido, con las historias de unas torpederas de la armada de Chile que velaban por la seguridad de nuestras costas, cuyos episodios eran de corte policial más que bélico, y GAE 13, Grupo Aéreo Estratégico nº 13 de la FACH, quizás el más recordado y querido, gracias sobre todo a los dibujos de Max Carvajal. Juan Bley escribía los guiones a partir de las sugerencias e ideas de Carvajal: El GAE 13 tenía su base secreta en algún lugar de la Provincia de Aysén, desde donde hacía frente a su enemigo emblemático: el Triángulo Negro, organización secreta que pretendía el dominio del continente. Los hawker hunters -aviones de triste recuerdo para muchos de nosotros- luchaban contra los más poderosos y modernos Mirages del Triángulo, los que despegaban desde un fabuloso submarino-portaaviones.

En GAE 13 Max Carvajal se revela como un eximio dibujante de temas bélicos: en Duelo con el pasado, (GUERRA...! 176) los pilotos del GAE se enfrentan a la amenaza del anciano general Von Ohían, de la Luftwaffe Alemana, quién ha creado un enclave secreto en las islas del sur. Es la excusa para que Carvajal haga un guiño a uno de sus temas favoritos: La segunda Guerra Mundial. Tras varias peripecias, el plato de fondo: la lucha entre un hawker-hunter y un ME-262, caza a reacción alemán y recuerdo de la pasada guerra. En la GUERRA...! de Quimantú las portadas tratan sobre todo la guerra de Vietnam, donde sobresalen las espectaculares ilustraciones de Bernardo Aravena. El GAE 13, o el C.O.N.U. también ocupan la portada, con ilustraciones de Hernán Escobar. Tras el golpe de estado de 1973, Quimantú desaparece, y es el fin de la sólida industria chilena de la historieta.

Hace mucho que los cambios de revistas también desaparecieron. Ahora las revistas de cómics se compran para coleccionarlas, no para cambiarlas una vez leídas. El cómic de guerra desapareció como género, aún cuando Fleetway sigue editando, gracias a su sistema de reimpresiones, sus títulos bélicos -caso único de revistas de historietas que siguen en pie tras casi medio siglo de publicación- y lo único que pudimos leer tras el golpe fue lo de la Columba Argentina (El Tony, Fantasía, D’artagnan) donde extraordinarios dibujantes- Lucho olivera, El Chango Casalla, Ricardo Villagrán, Alfonso Mandrafina, y un largo etc.- produjeron notables trabajos de la mano de grandes guionistas, donde sobresalía Robin Wood . De Argentina, además, llegó Skorpio, que también dejaba un espacio en sus páginas para el cómic de guerra, Como el As de Pique, de Juan Jiménez.

Durante los años 90, la Segunda Guerra Mundial tuvo un revival en el cine, con cintas como "Salvando al soldado Ryan", "U-587", "Enemigo al acecho", "Pearl Harbor", etc. Pero nada pudo equipararse a esas revistas ajadas que cambiábamos cada fin de semana, en espera de que los héroes de turno dieran cuenta, cara a cara y a bordo de sus spitfires o stukas, del enemigo que tenían enfrente.
Nota sobre la revista Guerra…!
La revista Guerra….! nace en agosto de 1969 de la unión de U2, S.O.S. y Trinchera, las revistas de editorial Zig-Zag dedicadas al comic bélico. La nueva revista mantuvo la numeración de Trinchera, por lo que su primer número fue el 84. Durante sus primeros años publicó material extranjero, centrado en historias de la Segunda Guerra Mundial, pero cuando la revista pasa a manos de la Editorial Quimantú (abril 1972) comienza a incorporar material de creación nacional y a centrarse en conflictos de actualidad. A partir del número 151, en la revista comienzan a aparecer tres series: Corresponsal de Guerra, que relata las aventuras de los redactores de la revista francesa Combate, Lorca (un español) y Roberto Ferrer (periodista chileno), inmersos en el conflicto de Vietnam; C.O.N.U (Comando Operacional Naval Unido) con las travesías del capitán Alvarado patrullando los mares del sur de Chile y G.A.E. 13 (Grupo Aéreo Especial 13) con las peripecias de un grupo de la FACH. Los guiones son de Juan Bley, Juvenal Niño y Adrian Roca; los dibujos de Max Carvajal, Manuel Tapia, Enrique Calvo, Bernardo Aravena, entre otros. El último número publicado es el 189 (septiembre 1973). De “El chico de los tejados”

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